- Samuel Guerrero Azañedo declaró que por la herencia cultural y el proceso de socialización, el ser humano ha admitido como normal su rol superior a los demás animales
- “Si el ser humano fuera la víctima no le gustaría que una especie que se considera superior decidiera sobre su vida y libertad”
Carlos Hugo Hermida Rosales|
Xalapa, Ver.- Samuel Guerrero Azañedo, activista y académico de educación primaria en el País Vasco en España, planteó que el sentimiento de superioridad del ser humano sobre el resto de los animales lo ha llevado a explotarlos, oprimirlos y aceptar este comportamiento como algo “normal, justo y necesario”.
“Por la herencia cultural, el proceso de socialización y la manipulación de figuras de autoridad social como la familia, los profesores del sistema educativo e incluso los medios de comunicación, el ser humano ha admitido como normal su rol superior a los demás animales”, enfatizó.
El profesor impartió la conferencia “Educación especista. La educación de ayer, origen de la cosmovisión de hoy”, el 28 de agosto en el Salón Azul de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV), organizada por la Facultad de Idiomas.
Guerrero Azañedo inventó el término “especismo antropocéntrico” para referirse a la cosmovisión dominante fundada sobre la supremacía del ser humano y legitima su cosificación y opresión en beneficio propio.
Añadió que la “educación especista” es un proceso de condicionamiento ideológico hereditario y social que normaliza y perpetúa la supremacía humana y la opresión sistemática de los demás animales en beneficio propio.
El activista enfatizó que para que esto cambie son necesarias una actitud crítica y capacidad de empatía, y aseguró que es tarea de las universidades suscitarlas y promoverlas.
“El ser humano debe poner en cuestionamiento todo aquello que aprendió desde su nacimiento, con base en un juicio crítico y principios éticos de no hacer a los demás aquello que no quiere que le hagan”, manifestó.
Samuel Guerrero mencionó que actualmente vivimos en una sociedad con ausencia de valores y solidaridad, a la que se han impuesto principios como la individualidad y la competencia: “Luchar contra el ‘especismo antropocéntrico’, contra la ‘educación especista’ y por la conservación moral de los animales, nos hace más humanos”, concluyó.