Por José López Zamorano. Corresponsal
Notimex.- Con el uso de métodos artesanales hasta las más sofisticadas tecnologías de hidroponia computarizada, Estados Unidos se mantiene a la vanguardia global en la producción de marihuana para satisfacer el creciente apetito de los estadunidenses.
El empleo de la tecnología al servicio de la producción de la marihuana ha permitido no solo incrementar la potencia del tetrahidrocannibol (THC), el ingrediente psicoactivo de las plantas de cannabis, sino acelerar su cultivo para los más de 22 millones de consumidores locales, la mayoría de ellos jóvenes.
Entre las modas más recientes -y peligrosas-, está el uso del método del butano, un solvente altamente inflamable, para la extracción del THC en la forma de una cera del cannabis, con la consistencia de miel o pepitas, y que se consume en bebidas, comidas, fumada o vaporizada.
Son las “Nuevas Pepitas de Oregón”, reza un anuncio en un sitio en internet dedicado al consumo del cannabis en ese estado, usando la misma terminología dedicada a la fiebre de las pepitas de oro en el oeste de Estados Unidos.
Gracias a que la tendencia a la legalización ha reducido la percepción pública de riesgo en su consumo, la marihuana continúa siendo la única droga ilegal mayor que es cultivada dentro de las fronteras de Estados Unidos, y expertos no anticipan un cambio en la tendencia.
Estados Unidos registró, de hecho, un aumento en el consumo de la marihuana en los últimos años, después que había experimentado un descenso del 2000 hasta 2007, de acuerdo con el reporte anual de las drogas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) del 2018.
La prevalencia en el uso de cannabis creció de manera significativa hasta el 13.5 ciento de la población mayor de 12 años en 2015, y 13.9 en 2016.
Otro dato preocupante para las autoridades de salud es que se duplicó entre 2000 y 2016 el número de consumidores estadunidenses de la marihuana que dijeron que la usan “diariamente o casi diariamente”.
Pero la reducción de la percepción de riesgo no está fincada en la realidad, toda vez que estados que la han legalizado con fines recreativos, como Colorado, han reportado un incremento significativo de visitas a las salas de emergencias, hospitalizaciones y accidentes automovilísticos por la droga.
La mayor cantidad de las más de 22 millones de libras (unos 9.97 millones de kilogramos) de marihuana que se cultivan cada año en Estados Unidos, proviene de solo cinco estados: California, Kentucky, Virginia del Oeste, Indiana y Tennessee.
Un informe de la Administración Federal Antidrogas (DEA) muestra que del total nacional de tres millones de plantas de cannabis cultivadas al aire libre, 2.2 millones se encontraron en California en 2017, seguida de Kentucky con 469 mil; Virginia del Oeste con 74 mil 295; Indiana con 37 mil 470, y Tennessee con 34 mil 616.
California ocupó el primer lugar en la producción de cannabis dentro de casas, invernaderos, centros deportivos, con un total de 213 mil plantas, seguida por Indiana y Michigan.
A raíz de que la producción de marihuana en California rebasa la demanda interna, expertos consideran que el estado se ha convertido en un exportador neto de la droga a otras entidades del país.
Apenas en abril pasado, las autoridades realizaron una redada a 74 casas dedicadas al cultivo de la marihuana en la zona de Sacramento, California, y que presumiblemente estaban siendo financiadas por el crimen organizado de China.
Funcionarios creen que los cárteles asiáticos, así como los mexicanos, han adquirido viviendas en California, y otros han legalizado su cultivo para producir la droga dentro de Estados Unidos y evitar los problemas de su trasiego ilegal a través de la frontera.
Pero aún antes de que se acelerara el número de estados que permite el uso medicinal o recreativo de cannabis, las autoridades habían detectado un creciente uso por parte de los cárteles de los parques nacionales, como centros de cultivo de la marihuana.
A la producción ilegal se suma la creciente participación del sector privado en la producción legal de la droga bajo supervisión oficial, en lo que ha sido caracterizado como un “masivo periodo de crecimiento” del cannabis comercial, por el Growers Network, un enlace informativo de la industria.
De acuerdo con esa red, solo la empresa Los Sueños Farms tiene cultivados 1.4 millones de pies cuadrados de cannabis, seguida por Copperstate Farms con 348 mil; Harvest Inc con 208 mil, y Glass House Farms y GrowHealthy con 200 mil cada una.
Singularmente, la explosión del cultivo de la droga ha sido acompañado por una caída en los decomisos, en especial en América del Norte.
Aunque la legalización de la marihuana con fines medicinales y recreativos pudo jugar un papel en la caída del volumen total de cannabis decomisada de 2016, no es evidencia de que el mercado se está encogiendo ni que han bajado la demanda del consumo de la droga, según la ONU.
Aún con la caída en los decomisos de marihuana, Estados Unidos continúa siendo del país que reporta la mayor cantidad de cannabis incautada a nivel mundial, 21 por ciento del total confiscado a nivel mundial, seguido de México con el 18 por ceinto.
La marihuana fue la droga más común en 2016 con más de 192 millones de personas que la consumieron al menos una vez ese año.