Por LUIS ORTIZ/
Lanzarse al mar en busca de monedas puede parecer divertido, pero no lo es,mucho menos desde el malecón de Veracruz, donde además de la vista que ofrece la histórica fortaleza de San Juan de Ulúa y la evocación de otros continentes que despiertan los barcos anclados en los muelles, se corre una serie de riesgos contra la integridad.
Uno de ellos es resbalar y romperse un hueso o en el mejor de los casos, nadar entre agua sucia por el vertido de las embarcaciones, con envases de plástico, bolsas de frituras y demás objetos.
Sin embargo esto es algo mínimo para los “saca monedas” ya que la gente sólo los mira pero no arroja monedas al agua.
“Los turistas prefieren guardar las monedas, para pagar un antojo, una nieve o hasta para pagar los parquímetros, antes que arrojar monedas al mar”, así lo dijo el señor Sánchez, clavadista con más de 15 años de “saca monedas”.
Un promedio de 15 clavadistas, se encuentran establecidos en el malecón de Veracruz pero durante los periodos vacacionales el número de saca monedas aumenta hasta el doble con la llegada de otros clavadistas originarios de municipios cercanos a la ciudad de Veracruz.
“Llegan de otras ciudades del estado, pero también están chambeando algunos de Puebla, México o de Tlaxcala”, comentó Carlos Aguirre, otro de los “sacamonedas”.
Comentaron que la visibilidad empieza a perderse como a las 5:00 de la tarde, pues los barcos hacen sombra al tapar al sol.
En un día bueno en temporada vacacional de años atrás sacaban 250 pesos y hasta 300 pesos,pero ahora si sacan 50 pesos es mucho.
Ellos acceden y las cámaras fotográficas atrapan para la posteridad sus cuerpos en el aire, impulsados por sus brazos mientras descienden y se internan en el mar, a unos metros del malecón de Veracruz.,son los saca monedas que luchan por mantener viva esta tradición.
