Inmediato se dio a conocer la noticia del fallecimiento de Sergio Pitol, todos los medios de comunicación capitalinos se apostaron en las afueras de la casa, de su propiedad, que habitó en los últimos años de su vida.
Prácticamente toda la mañana y pasado el medio día hicieron guardia. Al mínimo movimiento disparaban al unísono las cámaras fotográficas, las transmisiones en vivo… querían la imagen y la tuvieron, la del momento en que subían el cuerpo del literato, yacido, envuelto en una manta grisácea de pies a cabeza. Lo colocaron en una camilla y montaron a la parte trasera de la carroza funeraria.Sólo se notaba la delgada silueta.
Se asomó el brazo de una mujer que cargaba el traje con que lo vestirían para su funeral.
Fotos de: Jan Xahuentitla y Tony Palacios