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    La línea delgada entre mi opinión y la tuya

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    Y el niño (Sebastián) asesinado, que va a festejar este 30 de abril.

    No hay más pureza que cuando vemos sonreír a carcajadas un niño o niña destellando un mundo de esperanza, mostrando que son una esponja de nuestras enseñanzas.

    Decía Paulo Coelho, un niño puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivos, a estar siempre ocupado en algo y saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea.

    Todos los niños tienen derecho de crecer en condiciones óptimas, sin pasar por hambre y tener educación.

    En México cada 30 de abril se celebra el “Día del niño”, el entonces Presidente de la República de México, Álvaro Obregón, decretó como fecha oficial para festejar a los niños. Cabe hacer mención, que a nivel internacional se celebra el 20 de Noviembre a propuesta de la ONU.

    Cuando se acerca el festejo de su cumpleaños, navidad, día de reyes magos y el día del niño, sin pensarlo lo primero que le regalamos es un juguete bélico ya sea una pistola, metralleta, espada o cuchillo.

    Según los expertos (pedagogos y psicólogos) recomiendan negarle este tipo de juguetes a los niños, ya que argumentan que los padres al acceder a dárselos de manera inmediata son partícipes o cómplices de la violencia que se genere.

    El profesor Alberto Pardo, de la Universidad de Columbia expresó lo siguiente:
    “El juguete por sí mismo no genera violencia en el niño. Todo depende en el contexto en el que vive.”

    María Angélica Silva, asesora pedagógica del Centro de Desarrollo de la Inteligencia menciona que si el niño ve programas donde se usan materiales bélicos, está absorbiendo contenido agresivo y generando conductas negativas, entonces el va a practicar eso; pero si el papá juega fútbol y predica con el ejemplo, el niño preferirá un balón.

    La infancia siempre será un objetivo de vulnerabilidad para los padres, ante cualquier situación o conflicto ya sea amenazas o peligro; lo qué pasó este “viernes santo” en Minatitlán, Veracruz, donde un grupo armado irrumpió en una fiesta privada.

    Según informes policiales dicho por testigos, hombres armados ingresaron a un restaurante donde se llevaba a cabo un festejo, y al intentar llevarse por la fuerza a uno de los asistentes los demás invitados intentaron impedir dicha acción; acto seguido los hombres armados detonaron sus armas, matando sin piedad a un niño de sólo un año de edad y a trece personas más.

    Y es ahí donde me pregunto, en qué cabeza cabe el hacerle daño a un infante que apenas está comenzando a vivir, una criatura que sin deberla ni temerla pase una circunstancia de estas; o la de Bruno, el niño de 5 años abandonado en Perisur, Ciudad de México a quien corrió con mayor suerte y le dijeron que se esperara ahí que iba a pasar su papá por el, mientras secuestraban a su madre. Así como este caso, son muchos donde los infantes son dañados directamente, por las circunstancias del adulto.

    En este día del policía Veracruzano quiero felicitarlos por su labor y su esfuerzo, así como también a todas aquellas autoridades que ponen de su parte, para que nada de esto pase. Y concuerdo con el Presidente de la República AMLO, al mencionar “Duele mucho enterarse de estos asesinatos viles, este fruto podrido que se heredó de gobiernos pasados. Yo no sé si esto sea política económica antipopular o donde lo importante era saquear al país”.

    O que opinan de que el expresidente Vicente Fox sale a pedir ayuda por que un grupo armado intentó entrar a su rancho y todavía tiene el descaro de decirle al presidente actual que lo hace responsable de su persona de sus bienes y familia, -Señor Fox yo me cuido solo y a usted lo cuida personal de seguridad que paga el pueblo. Y al niño que mataron no tendrá quien lo cuide ya que su padre también fue asesinado-.

    Yo diría que es una burla, el que las autoridades federales estatales y municipales que son las encargadas de implementar acciones de seguridad no den realmente resultados. Pero también, es culpa de uno como ciudadano el no exigir y quedarnos callados de ser responsables de la educación de nuestros hijos, de enseñarles valores donde aprendan a respetar a sus semejantes y no andar delinquiendo. Por eso quiero volver a ser niño para soñar, correr, jugar, brincar y divertirme sin miedo de andar por las calles; esta es mi opinión y la tuya.

    J. Méndez Vallejo

    Correo: aureo.punto@gmail.com

    Facebook: @lalineadelgada

    Twitter: @lalidenadelgada

     

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