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    México, cuna del Hollywood latinoamericano: Francisco Peredo

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    • El historiador del séptimo arte habló sobre los impactos de los migrantes, exiliados y trasterrados en la época de oro, en el Tercer Coloquio Internacional “Intelectuales, migración y exilio en Iberoamérica”, organizado por la Facultad de Historia de la UV 

    Claudia Peralta Vázquez

    Xalapa, Ver., 09 de Abril 2019.– Por un periodo de 20 años, el cine en México fue muy significativo pues representó al cine iberoamericano, ante el impacto de migrantes de alrededor de 50 nacionalidades presentes en una cinematografía que se convirtió en un eje cultural importante y punto de encuentro para la construcción de discursos, expresó Francisco Peredo Castro, historiador del séptimo arte. 

    Invitado por la Universidad Veracruzana (UV), a través de la Facultad de Historia, el especialista participó el viernes 5 de abril en Tercer Coloquio Internacional “Intelectuales, migración y exilio en Iberoamérica”, con la ponencia “El Hollywood iberoamericano del cine nacional: el impacto de los migrantes, exiliados y trasterrados en la época de oro del cine mexicano”. 

    En el Salón Blanco de la Unidad de Humanidades, comentó que el cine representa una fuente historiográfica fundamental, pues las películas a la larga se convierten en un documento histórico y en un testimonio de la historia. 

    De ahí que este tema derive de una investigación de muchos años basada en archivos nacionales y extranjeros, para plasmar el gran auge del cine mexicano, que atrajo el talento de cientos de artistas, entre actores, actrices, músicos, escenógrafos, críticos, cantantes, directores, cartelistas, entre otros. 

    Todos ellos provenientes de países como: Rusia, Canadá, España, Argentina, Estados Unidos, Rumania, Francia, Italia, Holanda, Japón, Noruega, Panamá, Chile, Venezuela, Cuba, Uruguay, Perú y Colombia, por citar algunos. 

    El académico e investigador adscrito al Centro de Estudios en Ciencias de la Comunicación de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)explicó a los asistentes que esto fue producto de la confrontación ideológica, política, diplomática y militar en el periodo entre guerras y en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. 

    México, dijo, se presentaba ante las hermanas repúblicas como una nación que procedía de una gran revolución social y representaba la posibilidad de una potencia futura, pues estaba en proceso de modernizarse e industrializarse. 

    Todo esto se entrecruzaría en términos de producción cultural y cinematográfica. 

    Peredo Castro resaltó que a principios de los años cuarenta hubo mucha preocupación de que el ideario fascista europeo se introdujera en Latinoamérica a través del cine. 

    Asimismo, se advertía de proyectos de filtración nazi alemana y española, a través del cine en Argentina y México. 

    Por esta razón, Estados Unidos propuso establecer un convenio con México denominado “Plan para estimular la producción de cine por la industria mexicana en apoyo al esfuerzo bélico”, signado en junio de 1942. 

    En ese entonces, nuestro país promovía filmes de nacionalismo y de unidad dentro del gobierno de Manuel Ávila Camacho, después de que quedara dividido por el régimen cardenista. 

    “El gobierno mexicano crea el comité coordinador y de fomento de la industria cinematográfica porque tiene su propia agenda, a la que se sumó la estadounidense para evitar la intromisión del nazi-fascismo en Latinoamérica.” 

    El gran proyecto fue promover el panamericanismo como la gran alianza de todas las repúblicas del continente en contra de la intromisión del fascismo en Latinoamérica. 

    Estimular la producción de cine por la industria mexicana en apoyo al esfuerzo bélico, fortalecer la política del “buen vecino”, promover la unión de toda América y disminuir los sentimientos anti-estadounidenses, fueron algunos de los objetivos de este acuerdo. 

    Entre las bases destacaba la inversión financiera en la producción, equipamiento de los estudios y laboratorios, asesoría técnica y administrativa, apoyo para la distribución del cine mexicano a través de las productoras hollywoodenses. 

    Así se inició un gran auge del cine mexicano que atrajo talento de todo el continente americano y de otras regiones del mundo. Entonces se habló de la importancia del panamericanismo en el cine. 

    Ningún otro país con industria cinematográfica hablada en castellano incorporó tanto talento extranjero como hizo el cine mexicano, se abrió la posibilidad de que existiera una especie de Hollywood iberoamericano.” 

    Dicha estrategia originó –desde los años treinta– migraciones naturales, por conflagraciones sociales, guerras civiles o mundiales, o por cambios tecnológicos e industriales. “Vinieron a México, se quedaron y lo adoptaron como su segunda patria”. 

    El Doctor en Historia señaló que con el auge del cine mexicano  se impulsaron adaptaciones de grandes obras de la literatura universal, accesibles para la población analfabeta o semi-analfabeta, así como de obras de la literatura iberoamericana o latinoamericana. 

    Asimismo, producción de géneros fílmicos de mucho arraigo en la cultura popular latinoamericana, con gran atracción por el folklore mexicano, argentino, español y cubano. 

    “El cine mexicano es nacionalista y transnacionalista no sólo por incorporar a una gran cantidad de migrantes, sino por el gran poder de venta que tuvo en los mercados.” 

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