Luis Ortiz
La violencia y la pobreza, son detonantes para que miles de personas dejen sus países e inicien un camino incierto en busca de una mejor vida.
Carlos Briseño Arch, Obispo de la Diócesis de Veracruz, indicó que en la Casa del Migrante, ubicada en el municipio de Tierra Blanca, se sigue observando la llegada de cientos de personas a quienes se les otorga atención médica, descanso, comida, así como ropa y aseo.
“No sé qué situación tan dramática están viviendo en sus países, pero el riesgo que corren sus vidas es más grande, sobre todo cuando hay infantes o mujeres, pero también los hombres por todo lo que vemos”.
El integrante de la Iglesia Católica en Veracruz, apuntó que también se observan delitos en contra de ellos en sus naciones como abuso de las mujeres, desaparición de infantes, maltratos y golpes.
Por lo que el salir de manera ilegal de sus países, les genera exponerse a todo tipo de violencia en su camino, principalmente a los Estados Unidos, “se exponen y además son gente sin recursos que encima sus familiares los anden buscando”.
“Por la influencia a veces anglosajona y en ocasiones egocéntrica de nuestro mundo nos hemos vuelto individualistas y egoístas, y este evangelio es lo que nos invita, a la hospitalidad, a tratar de dar los mejor de nosotros a los demás , cuando atendemos a algún necesitado o pobre, que no se nos olvide que estamos atendiendo a Dios, que es más de lo que vamos a recibir de Dios, que lo que podemos dar a aquel necesitado, el señor siempre bendice y multiplica, cuando somos generosos con los demás”.
