Luis Ortiz
La reciente imposición de un arancel del 17 por ciento al jitomate mexicano por parte de Estados Unidos genera incertidumbre en el sector restaurantero, donde aunque se reconoce que el consumidor final podría beneficiarse con una baja en los precios, también se advierte que los principales afectados serían los productores del campo.
Daniel Martín Lois, empresario del sector gastronómico, consideró que este tipo de medidas deben analizarse con responsabilidad, ya que podrían generar pérdidas significativas al sector primario del país.
“A lo mejor al consumidor final le va a beneficiar que bajen los precios, pero esto es un común, no queremos que se afecte a quienes siembran y producen el producto. Debe haber un equilibrio para que no salga nadie afectado”.
Hasta el momento, dijo, los negocios del giro restaurantero no han experimentado cambios en los precios de insumos como el jitomate, aunque se mantienen atentos a la evolución del conflicto comercial entre ambos países.
“El tema de aranceles está por verse y negociarse y hemos visto que es estira y afloja, y esperemos que no haya afectación al sector primario”.
El nuevo arancel entró en vigor el pasado 14 de julio, tras una investigación por presunto dumping, es decir, la exportación de productos a precios inferiores a los del mercado interno, lo que Estados Unidos calificó como una práctica desleal. La medida se aplicó luego de que se cancelara un acuerdo previo que mantenía en pausa dichas indagatorias.
Este cambio podría traer consigo consecuencias tanto en la economía mexicana como en el mercado estadounidense, encareciendo el jitomate en Estados Unidos y dejando en desventaja a los productores nacionales.
