Lo que yo pienso.
Juan Javier Gómez Cazarín.
Yo no olvido al año viejo, dice la canción. No. ¿Cómo podría olvidárseme nunca este 2025, intenso y retador, pero también generoso?
El primer año del segundo piso de la Cuarta Transformación, conducido en México por la presidenta Claudia Sheinbaum y en Veracruz por la gobernadora Rocío Nahle.
Un año de tapar bocas a quienes en 2024 traían unas encuestas chafas y decían que no se iba a poder y resultó que sí se pudo y con creces. México y Veracruz están en el rumbo adecuado a pesar de las guerras sucias.
Un año, para mí, de emprender una chamba nueva, muy delicada por lo que implican los Programas de Bienestar para la gente; muy demandante por el tamaño de Veracruz; y de mucha responsabilidad por representar la palabra empeñada de la presidenta Sheinbaum, además de las instrucciones precisas de la secretaria Ariadna Montiel.
Un año de conocer mucha gente, de hacer amigos nuevos y de conservar a los que ya tenía. ¿Quién nos habría dicho que íbamos a andar en Pinotepa Nacional y en Iztapalapa, ayudando a gente afectada por desastres naturales? ¿Y quién habría imaginado que, pocas semanas después, nos iba a tocar hacer lo mismo en nuestra tierra, en el norte de Veracruz?
Gracias a Dios, también ha sido un año de salud, de correr muchas carreras, siempre compitiendo conmigo mismo.
Así que yo diría que este ha sido un gran e inolvidable año.
Y diría, además, que todo pinta para que el 2026 sigamos consolidando cosas buenas, trabajándole todavía más y rodeado de gente que nos quiere y nos manda buenas vibras.
Esta es mi última columna del año y, aunque nos seguiremos leyendo en redes sociales de aquí al miércoles, quiero aprovechar para irles deseando de corazón, para ustedes y los suyos, un 2026 increíble: lleno de salud, de unión familiar y todo tipo de éxitos. Si le echamos ganas y confiamos en Dios, estoy seguro de que así será. ¡Nos leemos en enero!













