Por: ANTONIO GONZÁLEZ MARCIAL/ Los primeros caudillos que propiciaron la guerra de independencia de 1810, nacieron en el seno de esas castas mestizas que los españoles llamaban con desdén criollas para distinguirlas de los habitantes de la colonia de origen español, y aun de una cierta clase aristocrática formada aquí después de la conquista y que habían adquirido ciertos fueros y privilegios y aun títulos de nobleza, sea a causa de sus riquezas territoriales o mineras, sea por enlaces contraídos en España o por el simple favoritismo.
Veían la libertad y el cambio como una fuente fecunda de males, temblaban ante el solo pensamiento de que se extendiese hasta las quietas comarcas de América el soplo de la revolución que agitaba al mundo europeo, odiaban la emigración extranjera, creían inminente la ruina de su comercio y de su agricultura con la introducción del comercio y de los adelantos agrícolas de otra parte que no fuera España, es más, consideraban como la ruina del país un gobierno del pueblo.
Así, pues, combatieron desde el principio y con todas sus fuerzas el movimiento libertador de 1810, y más todavía cuando contemplaron los excesos inherentes a toda revolución nacional, excesos que, sin embargo, fueron menores que los de la conquista española, pero que los sorprendieron hasta el espanto, a ellos que habían deseado, en último caso, una revolución imposible, realizada casi en silencio, sin sangre, sin alboroto, sin cambios sociales, sin reivindicaciones de ningún género, y, sobre todo, sin la intervención del elemento popular en los asuntos políticos, dejándoles a ellos en plena y pacífica posesión de sus fueros y privilegios, de su dominación opresora, y a más de eso, de la supremacía política, de la soberanía nacional.
Hasta aquí, se puede considerar como intento de la primera transformación, intento, porque lo único que se logró, y solo para beneficio de las clases dominantes fue sacudirse la tutela del gobierno español y la creación de una oligarquía soberbia y absorbente, formada por los hombres que sin duda habían contribuido a hacer más odiosa la dominación española por su despotismo sobre las clases populares, ello resultó, menos ventajoso que el gobierno del rey.
Por eso, en el movimiento iniciado en 1810, el pueblo no contó con estas castas privilegiadas, aunque eran mexicanas, y por eso ellas prefirieron aliarse con los dominadores españoles para contrarrestar el impulso democrático de los insurrectos con todo su poder.
Los males que habían querido curar los heroicos patriotas de 1810 eran los que habían quedado precisamente en las entrañas de la nueva nación, a raíz de la primer tranza que sufre México con el histórico abrazo de Acatempan cuyos protagonistas fueron Agustín de Iturbide y Vicente Guerrero que culminó con la firma de los Tratados de Córdoba el 21 de mayo de 1821 que determina según la historia oficial la Independencia política de México del gobierno español.
Así, concluye la guerra de 11 años 1810-1821, Iturbide, sagaz, atrevido y afortunado, contando con el auxilio eficacísimo que le prestaron sus poderosos cooperadores, llevó a feliz término la empresa en pocos meses, y el 27 de septiembre de 1821 la dominación española se desquiciaba para siempre en la antigua colonia, el ejército Trigarante entraba en la capital, y la nueva nación ocupaba un lugar en el rol de los pueblos independientes.
La Segunda Transformación, se puede ubicar en el Programa Liberal de Benito Juárez. Poco antes de que el general Miramón expidiera su manifiesto, el presidente constitucional Benito Juárez, en unión de sus ministros Melchor Ocampo, Manuel Ruiz y Miguel Lerdo de Tejada, expidió otro manifiesto a la nación, en que quedó definido el programa de la revolución liberal que durante medio siglo había agitado al pueblo mexicano.
Como respuesta a dicho manifiesto, se publicaron sucesivamente Las Leyes de Reforma, siendo la primera la de nacionalización de bienes eclesiásticos, expedida el 12 de julio de 1857. El 23 del mismo mes apareció la Ley sobre matrimonio civil. Además, por decreto del día 28 se establecieron los funcionarios conocidos con el nombre de jueces del estado civil. Con otros decretos quedaron secularizados los cementerios, camposantos y demás lugares de sepultura, dictándose las normas relativas al respecto, y se fijaron los días festivos, estableciéndose las funciones públicas en las iglesias.
La Tercera Transformación se da, como consecuencia de la Revolución Mexicana de 1910 en contra de la dictadura Porfirista que generó la inconformidad del pueblo mexicano, por los abusos del poder y el mal trato a todos los sectores de la población durante un periodo de 30 años que estuvo en el poder, y que, además, dio lugar a la tremenda desigualdad que se vive hasta nuestros días. Este movimiento armado tuvo como consecuencia más de un millón de muertos , en una lucha entre mexicanos y cuyos objetivos de una mejoría hacia las masas populares nunca se alcanzaron, sin embargo, en el aspecto material sí hubo algunos avances, se crean los Ferrocarriles Nacionales de México, con participación preponderante del estado, Justo Sierra funda la Universidad Nacional de México, y en fin, se sientan las bases para una incipiente industrialización del país y desarrollo de las comunicaciones a través de redes carreteras.
La Cuarta Transformación como propuesta del nuevo gobierno, encabezado por el Licenciado Andrés Manuel López Obrador, se presenta como otra necesidad histórica que permita acabar de una vez por todas, con un régimen corrupto que durante muchas décadas se ha apropiado de las riquezas que se obtienen de los recursos naturales del país y del esfuerzo de millones de trabajadores, que sobreviven con salarios de hambre y con muy pocas esperanzas de lograr mejores niveles de bienestar. Para este propósito, el presidente electo, que tomará posesión de la banda presidencial el próximo primero de diciembre, se ha rodeado de un equipo de hombres y mujeres que ojalá asuman el compromiso de apoyar con lealtad y profesionalismo el cargo que les corresponde desempeñar, para así, lograr las metas del plan de trabajo de la nueva administración.
AMLO como buen conocedor del beisbol, sabe que cada miembro del equipo tiene que jugar su posición con un alto grado de responsabilidad e inteligencia para lograr el triunfo, el trabajo en equipo es muy importante en cualquier actividad y los resultados dependerán siempre de que cada persona este consciente de ello.
Se cuenta con mayoría, tanto en el Senado, como en la Cámara de Diputados, al igual que en Congresos locales, debe aprovecharse esta situación, ojalá que los Morenistas no empiecen a crear grupitos y a dividirse en diferentes corrientes de pensamiento porque eso daña a cualquier organización y sería tanto, como meterse autogoles.
Los enemigos del Proyecto de nación del nuevo gobierno siempre han estado bien organizados para defender sus intereses y todavía cuentan con enorme fuerza, tienen de su lado a la mayoría de los medios de comunicación masiva, a presentadores de noticias de radio y televisión, y a una amplia gama de los llamados líderes de opinión, se movilizan también grandes empresarios y altos jefes militares. No solo se trata de la presión política y mediática que puede ejercerse contra el nuevo gobierno sino de aplicarle a este todo el peso del dinero y de la fuerza. El propósito es borrarlo aún antes de que tome posesión, la idea es situarse estratégicamente para las elecciones intermedias dentro de 3 años y volver por sus fueros.
Cuentan con cantidades millonarias de recursos económicos, mantienen posiciones clave en la política, el aparato gubernamental, la milicia y la banca y creen que la suma de sus acciones provocará la derrota temprana del nuevo gobierno.
La abrumadora derrota electoral les ha atado las manos por el momento, pero la inminencia de una derrota definitiva está haciéndoles pensar en que es preciso comenzar a actuar con más descaro y con más eficacia. Las piedras que están colocando en el camino como obstáculos para dificultar la llegada al poder del licenciado López Obrador se les hacen insuficientes y por ello, la ciudadanía que lo apoya debe estar atenta ante cualquier eventualidad.