Xóchitl Gálvez aclaró que sí fue decisión suya felicitar a Sheinbaum por su triunfo; sin embargo, Marko Cortés le “levantó la voz” cuando se enteró
Xóchitl Gálvez Ruiz, excandidata presidencial de la oposición, acusó que Marko Cortés Mendoza, presidente de Acción Nacional (PAN) se enojó e incluso “levantó la voz de manera innecesaria”, cuando supo que, por decisión propia, le había llamado a Claudia Sheinbaum Pardo para felicitarla por su triunfo el pasado 2 de junio.
La exaspirante reapareció en entrevista con Roberto Zamarripa, director editorial del diario Reforma, donde acusó incluso la misoginia del dirigente nacional del partido blanquiazul. Además, comentó que, luego de enojarse por la llamada, Marko Cortés pidió que quitara del discurso que ofrecería a medios, la felicitación que ella misma había incluido para la morenista.
Xóchitl Gálvez mencionó que el presidente del PAN nunca le ofreció una disculpa luego de que le gritó el pasado 2 de junio por los desacuerdos personales. E incluso comentó que no fue la única vez que alzó la voz, pues también ocurrió después del primer debate presidencial.
“No, no me ofreció (la disculpa) ese día, no me llamó después, porque yo podría entender que estaba enojado esa noche por la derrota. No esperaría una disculpa, es su pensamiento. Yo esperaría que se hubiese disculpado por lo de Coahuila por ejemplo. Y él cree que está en lo correcto”, dijo. Esto último en referencia al reparto de notarías y pactos para nombramientos en dicha entidad entre el PAN y el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
El periodista la cuestionó sobre si hubo un fuerte encuentro entre ambos y ella dijo que no pasó a más pero Marko Cortés “sí me levantó la voz de manera innecesaria. Tiene que aprender a manejar su masculinidad. Muchos hombres creen que gritando, que ofendiendo a las mujeres, resuelven los problemas”.
En el diálogo, la exabanderada presidencial del PRI-PAN dijo que no se siente “indigna” porque hizo todo el esfuerzo por ganarse “los corazones de la gente”. Asimismo, mencionó que el ánimo era tal, que “la gente sentía que sí podíamos ganar”. No obstante, Xóchitl Gálvez acusó que fue una “elección de Estado” y no había piso parejo, aunque diversos analistas e integrantes de la misma oposición (como Aurelio Nuño) han reconocido que no fue así.
