Durante la conferencia de prensa, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, fue cuestionada sobre el estado actual de la producción de vainilla en el país, particularmente la vainilla de Papantla, un producto emblemático con denominación de origen y gran arraigo cultural en Veracruz. La respuesta de la mandataria dejó entrever tanto su reconocimiento a este legado agrícola como la posibilidad de apoyo gubernamental.
Aunque la vainilla de Papantla sigue siendo reconocida por su calidad única, la presidenta recordó que hoy en día no se cultiva únicamente en ese municipio veracruzano, sino también en otros estados del país. Sin embargo, admitió que México ha perdido competitividad en el mercado internacional debido al auge de la vainilla sintética o “química” y a los avances tecnológicos que han adoptado otros países productores, lo que ha reducido considerablemente los tiempos de cultivo.
“Sí, nada como la vainilla de Papantla”, expresó Sheinbaum con firmeza, destacando la autenticidad y calidad del producto natural frente a las versiones industriales. Además, mencionó que producir vainilla es un proceso largo y costoso —puede tardar hasta cinco años desde la siembra hasta la cosecha—, lo que representa un desafío importante para los agricultores mexicanos.
Frente a esta problemática, la presidenta señaló que existe la posibilidad de apoyar a los productores a través de programas como Alimentación para el Bienestar, una iniciativa que busca fortalecer la autosuficiencia alimentaria y revalorar productos del campo mexicano. Aunque no hizo un anuncio formal, la mención dejó abierta la puerta a que la vainilla pueda ser considerada en futuras estrategias de impulso agroindustrial.
El rescate de la vainilla natural mexicana —y particularmente la de Papantla, con todo su valor cultural, económico y simbólico— dependerá de una política pública que combine innovación tecnológica, respeto a la tradición y canales de comercialización más amplios. La posibilidad de que llegue a los aeropuertos del país, como Sheinbaum dejó entrever, sería un paso simbólico pero poderoso para poner este tesoro aromático nuevamente en el centro del escenario nacional e internacional.













