Expertos del Museo de la Ballena, de la UNAM, en colaboración con especialistas extranjeros, lograron avistar y documentar con fotografía y video a tres grupos de vaquitas marinas conformados por dos y cuatro ejemplares cada uno, los cuales mostraban buen estado de salud y se pudo constatar que se siguen reproduciendo.
Pese a la alta presión que ha tenido su población, la vaquita marina prevalece en el Golfo de California y los nuevos monitoreos dan esperanza sobre la posibilidad de que su población se recupere.
Así lo revelaron un grupo de científicos e investigadores que han participado en el monitoreo y estudio de este ejemplar, del cual se estiman que existen menos de 30 ejemplares y de los que se lograron tres avistamientos durante una expedición del 24 al 27 de septiembre pasado.
En conferencia de prensa, el director general del Museo de la Ballena, Diego Ruiz Sabio, dio a conocer los resultados de la última expedición realizada del 24 de septiembre al 4 de octubre, en la que se encontró una hembra con su cría.
Reconoció que el principal problema de la especie es la delincuencia organizada, la cual “simplemente nos rebasa”, por lo que destacó que el problema se solucionará con el apoyo integral de las autoridades y la población.
Para comprender la magnitud del peligro en que se encuentra esta especie, respecto a otros ejemplares en peligro de extinción, explicó que de elefantes existen 472 mil en el mundo, de pandas hay mil 600 en libertad y de jaguar hay cuatro mil especímenes.
En el caso de vaquita marina, hasta el año pasado, se estimó que únicamente quedaban 30 ejemplares, y de ellos se han reportado diversas muertes por captura en redes, de ahí la urgencia de sumar esfuerzos para evitar su desaparición.
No obstante, los últimos monitoreos dieron «señales de esperanza», ya que se detectaron al menos entre siete a 10 ejemplares en tres avistamientos diferentes y los cuales mostraban un excelente estado de salud.
De hecho, dijo, entre los nuevos hallazgos se determinó que existe la posibilidad de que los nuevos ejemplares se reproduzcan no cada dos años, sino cada año, de ahí que eliminar los factores de estrés que generan su muerte ayudaría a su recuperación.
Hasta ahora, expuso, ciento por ciento de las muertes registradas de la especie han sido por causa de redes de pesca, por lo que si se elimina este factor, es seguro que la especie se recupere, ya que su ecosistema no presenta otro tipo de estrés que ponga en peligro su vida.
Al respecto, el responsable del Programa de Monitorización Acústica de vaquita marina del Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC), Armando Jaramillo Legorreta, reveló que este monitoreo hoy constituye una herramienta elemental que permite detectar la presencia de este mamífero marino sin estresarlo.
Aseguró que es tal la precisión del sistema, que hoy es posible ubicar a los ejemplares incluso antes de partir en su búsqueda, de ahí que fueron posibles tres avistamientos durante la última expedición.
El principal problema que afecta a la vaquita marina es la pesca ilegal y que rebasa a la acciones para impedir su realización, por lo que consideró que lo ideal es que se impida el acceso de embarcaciones al polígono en que habita la especie, sobre todo ahora que está por empezar la temporada de totoaba, alertó.
Notimex