jueves, diciembre 11, 2025
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    La estructura pratriarcal, principal situación de riesgo para la mujer

    • Hay que generar una cultura de reconstrucción, resiliencia y ponderar sus fortalezas, considera especialista

    Aunque no hay una encuesta certera del aumento de la violencia contra las mujeres durante la pandemia, existe el registro a nivel mundial de 30 por ciento de incremento en llamadas de emergencia durante el confinamiento, alertó Karla Salazar Serna, del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias (CRIM) de la UNAM.

    “En México, los refugios nacionales registran un aumento de 51 por ciento en llamadas pidiendo auxilio. Las medidas de confinamiento si bien buscaron proteger la salud pública y evitar el colapso de servicios de salud, su aplicación no fue neutra desde el punto de vista de género, ya que los hogares se convirtieron en el espacio donde todo ocurre: sobrecarga de responsabilidades y maltrato, principalmente”, sostuvo.

    Las consecuencias de la violencia

    “La principal situación de riesgo para una mujer es la estructura patriarcal. Es importante aclarar que no se trata de señalar a los hombres como enemigos, sino a esta cultura patriarcal que ejerce un orden hegemónico para mantenernos en una situación de desventaja, de vulnerabilidad extrema y que tenemos que seguir visibilizando”, aseguró durante el programa “La UNAM Responde”.

    Señaló que desdichadamente con la presencia de la COVID-19 las personas tuvieron que mantenerse en sus casas, lo cual aumentó las agresiones que había; el encierro para las niñas también genera un ambiente de violencia sexual.

    Cómo hacer un cambio

    De acuerdo con Salazar Serna es necesario generar procesos de resiliencia colectivos, en los cuales no se señalice a quienes han sido víctimas de violencia, sino auxiliarlas a reconstruirse.

    Lo que debe ser evidenciado y visibilizado, aseveró, son las violencias, hablar de sus consecuencias y las implicaciones que enfrentan ellas, como las físicas y psicológicas.

    “No hay que generar una cultura de culpa sobre las mujeres, sino generar una cultura de reconstrucción, resiliencia, ponderar sus fortalezas, reconocer todas sus capacidades, señalar los vínculos es importante, generar redes de apoyo; no basta con la denuncia, porque tenemos un sistema judicial lastimado e ineficiente. No podemos orillarlas a que denuncien, sino que debe haber un apoyo social”, subrayó.

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