El camino del piloto mexicano no ha sido sencillo pero a través de valores y un gran equipo, el tapatío ha conquistado la cima.
- Una convicción del corazón
Con apenas seis años, Checo inició en el karting junto a su hermano Toño, consiguiendo su primera victoria en la categoría Junior. Tiempo después, cuando ya era un chico de 14, le prometió a sus padres que no regresaría a casa hasta que fuera el campeón del mundo. A la fecha, este compromiso de buscar la excelencia sigue siendo su motor.
- Disciplina que abre brecha
Después de convertirse en el primer mexicano en ganar Mónaco y de entrar en el top 20 de pilotos en el mundo, Checo piloteó para el equipo Campus Grand Prix haciendo historia. A través de su trayectoria, el mundo ha sido testigo de su enorme capacidad para mantenerse enfocado y atento a las oportunidades que le trae la vida.
- Entereza en la adversidad
Checo ha atravesado carreras complicadas y ajustes en su escudería en repetidas ocasiones. Sobra decir que el 2020 fue un año retador, pero justo cuando él creyó que tomar un año sabático sería lo mejor, dio su mejor carrera consiguiendo su primera victoria en la Fórmula 1 y demostrando que aún en tiempos difíciles, pueden llegar grandes triunfos.
- Carisma y congruencia
El tapatío ha sido una gran inspiración para muchos. Su personalidad y habilidades lo han llevado a crear alianzas cercanas con grandes empresas, como América Móvil e INTERprotección, que han potenciado al máximo su capacidad permitiéndole poner a México muy en alto. Todo gracias a su destacable integridad.
- Vivir la pasión en familia
La pasión de Checo es tan grande que cada integrante de su familia supo encontrar su papel para apoyar su sueño. Solo así el piloto de 31 años ha logrado prosperar en su carrera. Sin embargo, su éxito más grande es la familia que formó junto a su esposa Carola Martínez, con quien hoy tiene dos hijos: Sergio Pérez Jr. y Carlota.
Con información de, Quien