Existen monumentos que nos hacen recordar a los grandes personajes de la capital veracruzana, muchos de ellos, provenientes de familias adineradas, del ambito político o religioso, es poco común ver un monumento dedicado a un ciudadano que se hizo querido por la sociedad xalapeña por su carisma y dedicación, muy fuera de los ambitos que ya he mencionado.
En la calle Enriquez exactamente frente al conocido pasaje Tanos un monumento en relieve el cual citaré textualmente «EL PUEBLO DE XALAPA A JUAN HERRERA VÁSQUEZ «JUANOTE» NOBLE XALAPEÑO, CARGADOR DE OFICIO, FUERTE, CON VOCACIÓN DE HOMBRE BUENO, HONRADO, SENCILLO, ACOMEDIDO Y SENSIBLE A LA MÚSICA CLÁSICA. AYUNTAMIENTO DE XALAPA – FEBRERO DE 1990″
Y creo, como buen xalapeño hemos oido alguna vez en nuestra vida la historia del «Juanote», de ese hombre de 1.90 de altura, que podía cargar un piano por media ciudad y entregarlo intacto, al cual toda persona saludaba y a quién el gobierno municipal de ese entonces le obsequió un palco para los conciertos de la Orquesta Sinfónica de Xalapa.
Fue cargador desde corta edad, la gente lo solicitaba para realizar sus mudanzas pues era bien sabido su profesionalismo y honradez en su trabajo, se dice que a pesar de su poca educación escolar, era una persona muy culta con la cual se podía tener una buena conversación, tenía dos obras musicales predilectas, el concierto número uno para piano de Mozart y la quinta sinfonía Shostakovich.
Entre las personas que lo conocieron recuerdan que tenía una frase que decía muy a menudo » Es mejor callar que hablar».
Xalapeño ejemplar que sin pertenecer a una clase dominante es recordado en murales, monumentos, estatuas, cuadros y libros.