¿Se acuerdan de que en junio, el huracán Érick golpeó la costa de Oaxaca y la Delegación de Bienestar en Veracruz fue convocada para echar el hombro a ese pueblo hermano de Veracruz? En Pinotepa, para ser más precisos.
Hoy se repite, más o menos, la historia. Ahora fueron las inundaciones en los límites de la CDMX y el Estado de México. Nos llamaron y fuimos con el gusto de servir a quien necesita una mano en la alcaldía Iztapalapa y su vecina Ciudad Netzahualcóyotl.
En la playa de Oaxaca o en la mancha urbana de la Megalópolis del Valle de México, la devastación siempre es dolorosa. Aquí no se cayeron casas, ni se volaron techos, sino que una de las peores lluvias registradas en los últimos tiempos desbordó los drenajes. Las aguas negras inundaron y echaron a perder muebles y demás enseres domésticos.
Con el agua arriba de los tobillos, la gente no puede rehacer su vida sin ayuda.
¿De qué tamaño es el desastre? Imagínense: si la Alcaldía Iztapalapa la contáramos como un municipio, sería el segundo más poblado del país, después de Tijuana: más de 1 millón 800 mil personas. Ciudad Netzahualcóyotl ocupa el lugar 11: poco más de 1 millón de habitantes.
Ya sé que no todas las colonias se inundaron, pero hago la referencia porque aquí, cuando algo pasa, pasa en grande.
Además, para eso nos mandaron, para contarlos. La parte central de nuestra chamba, en esta primera etapa, es censar casa por casa. Hablar cara a cara con las familias afectadas para identificar los daños y programar la ayuda que la presidenta Claudia Sheinbaum ya comprometió a los afectados.
Liderando al equipo de Bienestar que acudió de distintos lados del país, está nuestra ejemplar secretaria, Ariadna Montiel Reyes, con instrucciones de la presidenta Claudia Sheinbaum de entrarle a respaldar el esfuerzo de mexiquenses por superar esta calamidad.
Podría estar en su oficina, pero anda con nosotros en la calle, supervisando el trabajo directamente.
Y así como ella, mis compañeras y compañeros Servidores de la Nación y Promotores de Unidad Básica de Apoyo (UBA), que trabajan sin rajarse y cuya chamba incluso les ha merecido el reconocimiento de la gobernadora Rocío Nahle en sus conferencias de prensa.
Con una jefa así y con compañeras y compañeros así, ¿cómo no va uno a trabajar a gusto, no?
Aquí andamos los veracruzanos. Lo hacemos desinteresadamente, sí, pero también conscientes de que la vida da vueltas y que hoy es por ellos; mañana, quién sabe. Los desastres naturales no tienen palabra y agarran parejo.
Pd. – Crédito a quien merece. No andamos solos, obviamente. El Ejército Mexicano, Protección Civil y los Gobiernos Locales, entre otras muchas dependencias, están haciendo una chamba monumental para atender la emergencia. Mis respetos para todos ellos.