Xalapa, Ver. 14/08/2021
A aproximadamente un año y medio de que hayan cerrado las aulas lo primero que se nota es de lo que nos hemos desecho, el lado negativo: Tarea, exámenes, estudias, madrugar, etc. Pero, después de un tiempo no hay deseo que por la rutina se vuelva banal, ahora con nostalgia se recuerdan los recreos, los amigos, compartir desayuno; un sentido de libertad bajo un ambiente seguro.
Podemos tratar de empatizar al leer todo lo que se hemos dicho repercutirá a la población joven de nuestra nación:
- “Antes, cuando iba a la escuela, dividía mi tiempo en estudiar y recoger cacao. Ahora me paso todo el día recogiendo cacao, y eso no es fácil”. Dice adolescente de 14 años.
- “Los maestros nos mandan los deberes por WhatsApp pero es difícil entender lo que hay que hacer. Cuando estábamos en estudio presencial sabíamos lo que tocaba hacer, cuál era el procedimiento, todo era más fácil de entender». Dice Joven de 19 años
- “A veces el trayecto puede extenderse hasta siete horas, todo depende del clima. A veces salimos de madrugada y otras veces salimos en la tarde”. De niña de 9 años sin acceso a internet
- “Estudiando en casa se me ha dificultado la asignatura de matemáticas. Quisiera aprender más. En mi casa solo me mandan mis deberes y no me explican lo suficiente». Dice niño de 9 años
Desde UNICEF se aboga para que las voces de niñas y niños se escuchen y se tome en cuenta su opinión frente al regreso de escuelas y todo el cambio que tendrán que adaptarse, no siempre por decisión propia.
Fuente de, UNICEF













