lunes, enero 20, 2025
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    Chucho El Ojón.Lo que yo pienso.Juan Javier Gómez Cazarín.

    Mañana es 24 de diciembre. Una fecha para dar gracias, para reconocer las muchas bendiciones que hemos recibido en nuestras vidas, para expresarle nuestro aprecio a la gente que queremos y para recargar pila con familia y amigos.

    Y, justamente, los amigos verdaderos son una de las mayores bendiciones en la vida.

    Amigos que han estado en las buenas y en las malas. Amigos a los que a veces no necesitas pedir ayuda porque ellos llegan solos a dártela cuando más hace falta. Amigos que nos conocen como nos conocen los hermanos de sangre.

    Cuando uno se dedica a la política se encuentra con mucha gente que dice ser tu amiga. Gente que es amiga sólo por la circunstancia y por conveniencia. Gente que no es tu amiga y que no conoce la mínima lealtad.

    Se me ocurrió platicarles esto porque hace unos días, me encontré a tres de mis mejores amigos. De los de verdad. De los que no conocen la palabra «traición».

    Ellos son Toño El Gordo, Chigo la Mafia y Chucho El Ojón. Amigos de muchos años y de muchas aventuras. De momentos felices y de episodios muy duros, de pérdidas terribles en la vida.

    (Por ejemplo: Chucho el Ojón, un muchacho de vida sana, perdió su pierna por un problema circulatorio, aunque él no ha permitido que eso le amargue la existencia y mantiene el optimismo en alto).

    Tenerlos a ellos es una bendición. Me esfuerzo por corresponderles y ser el amigo que ellos se merecen.

    Siempre que yo tenía un problema de cualquier tipo, de dinero o hasta de novias, estaban conmigo. Estaban y están, hasta la fecha.

    Mañana en la cena me tocará dar gracias por la vida y por la salud. Por mi familia, por mi trabajo y por tener amigos como Toño El Gordo, Chigo la Mafia y, por supuesto, pediré mucho por la salud de Chucho El Ojón.

    Desde niño, Chucho el Ojón fue muy noble y sincero. Recuerdo que me ayudaba a chapear solares y era feliz con la comida o una muda de ropa. Y, aunque se enoje Chigo la Mafia, Chucho jugaba mejor fútbol que él.

    Cómo no acordarme de aquel partido en Meapan de Caldelas, donde ganamos en los últimos minutos con gol de La Mafia.

    Se armó una bronca y todos salimos corriendo. El único que se quedó a platicar con los rivales fue Chucho, porque él no se pelea con nadie.

    ¿Cómo no venir a ver a amigos como ellos y desearles lo mejor en Navidad y Año Nuevo?

    A todas y todos ustedes les deseo que su Nochebuena sea plena de bendiciones. Y recuerden: agradecer nos atrae más cosas buenas.
    El amor a nuestro prójimo siempre debe de prevalecer, la felicidad de unos es de todos.

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