Luis Ortiz
Mumon Roshi, misionero internacional para Latinoamérica, advierte que el estrés en edades tempranas puede tener efectos fisiológicos graves, como aumento de la frecuencia cardíaca, presión arterial y fuerza de las contracciones del corazón, lo que puede llevar a problemas cardiovasculares a largo plazo.
«En la actualidad, incluso los niños y hasta nuestras mascotas experimentan altos niveles de estrés», destacó Mumon Roshi. El miedo es un factor desencadenante clave, manifestándose en temores como el fracaso, la inestabilidad política o las decisiones de los líderes, afectando no solo a adultos sino también a jóvenes.
Es crucial intervenir temprano para mitigar estos riesgos y evitar la acumulación de factores de riesgo cardiovascular.
La creciente preocupación por el estrés en niños y jóvenes subraya la necesidad de abordar este problema de manera integral, fomentando un entorno más saludable y estable para las generaciones futuras.